martes, 18 de junio de 2013

La Boda (I)


En el año 2008, en Santa Cruz de Tenerife a beneficio de AECC, organizamos una exposición con el tema “Las novias”, los trajes, la ropa interior, algunas piezas de ropa blanca (sabanas, colchas, toallas). También los novios con sus trajes, complementos y alguna pieza de ropa intima. En la exposición figuraba un vestido de finales del siglo XIX, tres de principios del XX, uno de los años veinte y otro de los años cuarenta.
 
En esta y las siguientes entradas del blog voy a ir presentándoles estos vestidos.

El color blanco comenzó a utilizarse para los vestidos de novia a partir del siglo XIX; hasta entonces, si bien se procuraba que los tejidos y los adornos fueran especiales, el color y la calidad de los tejidos eran muy variados. La tradición se originó en Inglaterra y desde allí se extendió a otros países convirtiéndose prácticamente en norma internacional.
  

Vestido de novia de 1894

El primer traje de novia de la colección corresponde a este modelo de 1894. Perteneció a María Dolores Vernetta Cominges, que lo vistió para su boda. Se casó con Rafael Bruno Eladio González Díaz en la iglesia de San Francisco de las Palmas, el 7 de Junio de 1894. El día siete de este mes se cumplieron 119 años del acontecimiento.


Vestido de raso de color marfil de una sola pieza con adornos de encaje y pedrería. Se cierra por el centro del delantero con corchetes metálicos. A continuación vemos detalles del encaje y el bordado.




En un correo antiguo Lourdes Pérez me sugería lo interesante que seria ver alguno de los trajes por dentro. En esta fotografía se pueden apreciar las ballenas y la especie de almohadilla con una crinolina tableada en forma de abanico. Sale de la parte baja de la cintura en la espalda, para dar volumen sin la exageración y la incomodidad del polisón.






Tengo que agradecer a la amabilidad de Carlos Federico Beautell al proporcionarme tanto las fotografías de la exposición como las de su abuela María Dolores Vernetta y los datos sobre su abuelo y fecha de la boda.

Contar con la imagen de la propietaria de los vestidos supone, según me comenta mi amiga e historiadora Karin Wachtendorff, un documento de indudable valor histórico e iconográfico.



Dolores Vernetta
 

8 comentarios:

  1. Guau! Que bello todo! Desde el traje mismo (sobre todo el interior) hasta las imágenes originales de la dueña al final. Muchas gracias por esta entrada!

    Saludos!

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  2. Estupendo post Ana!! las fotos son preciosas, tal como me comentaste. El poder contar con los datos e imágenes de la propietaria es un privilegio!!!
    Me encantó el raso y los detalles del vestido, además veo que se conserva maravillosamente. Te felicito una vez más por esta maravillosa colección!!
    Comparto tu post en mi página.
    Un abrazo
    Karin

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    1. Hola Karin!!.Tus comentarios son para mi muy importantes.Gracias por compartirlo en tu pagina. Hasta pronto.
      Un fuerte abrazo!!!
      Ana

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  3. ¡Que maravilla de traje!. Me gustaría aprovechar esta entrada para agradecer a los descendientes de Dolores Vernetta que hayan conservado está joya para que la podamos admirar un siglo después y su generosidad al integrarla en esta maravillosa colección de Ana González-Moro que permite garantizar su conservación para generaciones futuras. El reportaje fotográfico de Carlos Fernando Beautell magnifíco y me ha encantado la idea de mostrar las "interioridades" y así saciar a las cotillas nuestra curiosidad. En definitiva un DIEZ para esta entrada de Ana.

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    1. Hola Dulce, me alegra muchísimo tu comentario porque es un homenaje, al que me uno, a todas aquellas personas que sin su generosa contribución no hubiera sido posible esta colección, familias que han tenido la sensibilidad de conservar generación tras generación estas maravillas para que ahora nosotros podamos disfrutarlas, sin olvidar que también nos transmiten el deber de mantener este legado que hemos heredado para los que vienen detrás.

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  4. Gracias¡, Gracias ¡, y muchas más veces ¡Gracias¡
    Es un lujo que podamos disfrutar de unas piezas tan bonitas, tan bien conservadas, con unos detalles deliciosos, y toda la historia del traje y la persona que lo utilizó.
    La guinda de la tarta son las fotografias interiores.
    No es fácil ver trajes con sus interioridades, los forros, las costuras, las ballenas, los acabados, y en este caso la almohacilla para dar volumen....
    Lo he disfrutado muchiusimo.
    Espero con impaciencia los proximos vistidos.

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    1. Hola Lourdes!,no sabes lo mucho que agradezco estos comentarios, sobre los trajes.Creo que gracias a esto y a personas como tu,no estan definitivamente guardados,y saco fuerzas de vez en cuando, para exponerlos.
      Un abrazo

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